No se puede vivir sufriendo entre la espada y la pared.
Los presidentes prometen, prometen y nada cumplen, la gente de clase baja ya están cansados de comer promesas, Mamá ya está cansada de que no le alcance la plata hasta fin de mes. Algunos dirán que es la maldición de quienes no estudiaron o de quienes han estudiado algo que no genera muchos ingreso monetario. Pero hay que tener un poco de empatía, no es culpa de quien no estudio, es culpa del sistema y su división social, o acaso es justo de que el que trabaja más, menos tiene y más debe; de que con solo meter un gol se gane más que una ciudad entera.
Es triste saber que nada va a cambiar, que ya está destinado en el mundo para que unos se especialicen en ganar y otros en perder, que el entretenimiento venda más, que haya solidaridad donde definitivamente debería haber justicia, que las noticias no te muestre la cruda realidad, que haya cada vez menos trabajos bien remunerados y más esclavizados, que la gente siga creyendo que lo que tiene es lo justo.