Pombo

E X I L I O

 

 

Lo mío fue siempre exilio,

un nunca estar aquí

sino en otra parte,

para llegar y volver a irme,

con petates o sin ellos,

sin saber adónde

ni para qué,

pero marcharme,

berebere,

apresurado,

mirando atrás,

y también,

mirando al frente,

una y otra vez,

hasta descubrir,

azorado,

que es la vida

-y no yo-

el exilio breve

que transcurre incierto

entre el nacer primero

y el morir después.

 

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