Oh sí acostado de repente
entre la multitud, solitario
entre los más solitarios, con
antiguo desdén militante
todavía entre venas y arterias,
oh sí, cisternas que descargan
como una incineración fortuita.
Vi el azul del día su antigua malformación
el sexo vespertino y la letanía de padecer
con un ombligo
la belleza de repetirse en la distancia.
Oh llámenme loco los inoportunos
que acarician a estas horas un lugar lejano
una simiente ebria de paz, un hogar
acotado con límites y perseverancia, que
yo, iré desmontando mi cancela y mis guardias
salvajes.
Leones practican su osadía en mis terrenos
la luna es una imbécil osamenta que tiene cuernos
y una vaca insufrible viajando entre sus órbitas
descomunales.
Oh sí, llámenme loco y arbitrario los que siempre
arbitran los que planifican su existencia hasta el último
de los detalles, mas yo, humilde hasta por los poros sinuosos,
detestaré siempre no presentarme desnudo en los portales,
fabricaré despojos en los hornos de la desidia.
©