Los pies que ya hollaron las tierras judías
Cansados y sucios de tanto marchar
Se limpian y miman con manos de amor
Perfume de nardos envuelve el hogar
Melenas de María les dan su calor
Deteniendo el tiempo en su fantasía
Judas se confunde con tanta amistad
Y envidia las muestras de sublime amor
Critica aquello que no alcanza a lograr
Pues su alma atrapada de maligno ardor
Ya tiene planeada su vil traicionar
Pensando en monedas de ruin vacuidad
“Pobres tendréis con vosotros
Pero a mí no siempre”, replica Jesús
Lázaro y Marta preparan la cena
A Aquél que ya sabe su muerte en la cruz
Curiosos afuera observan la escena
E incrédulos creen, se lee en los rostros
Empieza el sendero de simpar pasión
Que no se detiene, el fin es cumplir
Con cuanto dispone el Dios Creador
Que impone a Su Hijo un triste morir
Y Jesús lo asume con sumiso amor
Para regalarnos vida y salvación. (Jn 12,1-11)