Sepulcro Beltran

Saratoga

 

 

Una noche más ladrándole a la luna.

 

En su lado oscuro se ocultan la mitad de mis penas.

 

El sabor amargo de la cerveza me trae el recuerdo de esos días en que buscaba en las letras el calor de tu piel, escribiendo suaves versos a tu silueta desnuda.

 

Y luego de dar vueltas en la cama te aferrabas a mi pecho diciendo, ¡No te vayas amor!

 

¿Lo recuerdas?

 

¿Que si te amo?

 

No te imaginas cuánto.

 

¿Y ahora qué hacemos?

 

Se han acabado los cigarrillos, vuelvo pronto.

 

-Camino entre la gente y todo me huele a ti, a tus caderas y tus besos de azúcar.

 

En la calle puedo escuchar murmullos, ahí va ese tipo que no tiene miedo.

 

Y claro que lo tengo.

 

¿Has visto lo que has hecho conmigo?

 

El corazón endurecido por el cansancio le dan a éste cobarde un aspecto de fiero.

 

Mientras enciendo un cigarro, pienso que he llenado las calles de versos dedicados a ti.

 

Te amo, te odio, odio amarte, amo odiarte.

 

Mi corazón es una caja de pandora.

 

Pero disculpa hoy solo vine a hablarte de la luna.

 

Sepulcro Beltrán-.

 

Eternas lunas.