Sin tus poemas
el rostro mío palideció,
taciturno, mi alma cayó
al abismo, y sufrió.
Y en la soledad
sólo tus letras,
tus palabras,
tu imagen
se volvieron luz.
Ya agonizante
por la ausencia de tus versos,
los colores se fueron perdiendo
mismos que encendían
la belleza de tu amor.
Sin tus poemas,
ni una luna, ni tu voz
se volvieron asomar,
donde ha quedado
un bello recuerdo
de lo que fuiste tú.