Hoy es otro día de un mes cualquiera, de un año cualquiera, mis fuerzas se debilitan como un celular mal cargado, el sol ya no me parece tan reluciente y hermoso, ahora solo lo veo como una simple y normal estrella, la brisa al salir a la calle ya no revitaliza mi alma, ahora soy una de tantas almas que deambulan por la vida sin encontrar el camino a su redención pensando que un coche y una casa sería una de las mejores adquisiciones de la vida, que iluso, he caído tan bajo, pero es difícil darse cuenta de los actos que calcinan lo que es vivir de verdad.
Los días pasan sin darse cuenta, las horas se esfuman sin poderlas disfrutarlas, que cobardía la del ser humano, esconderse tras pretextos para no darse cuenta que vive prisionero en un mundo creado para vivir. He pensado más de lo que quería, porque pensar demás atrae a la depresión, siento que no he sentido nada durante mi corta vida, que he caído tantas veces y me levante sin sonreír pero esta vez no sé si podre levantarme con las mismas fuerzas y seguir luchando como si solo hubiera pisado un pequeño bache en un mundo plagiados de grietas. Que fácil es la caída y que difícil es levantarse, pero de todos modos me tengo que acostumbrar, si la vida no es más que caer y levantar.