Una a una,
quitaré las espinas
que me separan de tí,
y si alguna me lastima,
lo resistiré…
Aunque la tormenta,
se interponga,
así lucharé…
Espera en silencio,
aunque imposible parece,
después de la tormenta…
¡ amanece !
Nuestras lágrimas pasarán,
con paciencia y esperanza,
en sonrisa
se convertirán.
Nuestro amor es de esos,
valiente, fuerte, eterno.
Ni nadie ni nada,
podrá detenerlo.
No escuches comidillas,
espérame amada…
y si el tiempo pasa,
aunque sea de rodillas,
¡ volveré a tu casa !
© Saulo García Cabrera