Mi vida, mi alma,
mi historia dormida,
mis grandes trabajos,
las tristes partidas,
los momentos dulces,
algunos gloriosos,
otros tan pero tan tristes
que ahora ni puedo
pensar en llorar
dado que no creo
que lágrimas puedan
arreglar de pronto
lo que me ha dejado
mi destino hermoso,
te lo ofrezco todo.
Si algo se amontona
y hasta se transforma
al vivir contigo
sin pensar en nada,
me siento contenta
de lo que me creo
que es verdad amada,
y siento añorar
con mi corazón
los besos humildes
que tanto te he dado
en abrazos tiernos.
Emociones bellas
que llevo en mis venas.