PRENDADO
No me regales tus besos
en la primer cita, no,
dámelos en prenda todos;
si el café no te gustó,
si el alma no se acorruca
o no gustas de cenar,
no rogaré tu estadía,
puedes levantarte e irte
por tu abrigo; sólo antes
te pido que nos miremos,
yo te miraré con paz,
yo mismo te arroparé,
luego sobre tus mejillas
devolveré lo prendado.