Imágenes oníricas con magia
penetran la oquedad parsimoniosa
de un espejo de estampa penumbrosa
que tormentos del alma en ella plagia.
Duda por el futuro nos contagia,
esa ignota montaña cavilosa,
con una soledad supersticiosa
que situaciones álgidas presagia.
Dos niños complementan la faena
un coche convertido en pesadilla
que temores seguro concatena.
Este sentir umbrío es la semilla
que provoca el misterio con su pena,
en donde siempre el juicio trastabilla.