Decia mi gente, ‘no es tu destino ser un gran poeta,
Tu lenguaje es campestre, no pronuncias siquiera la zeta’
Si la humildad algo me ha enseñado, es corregir el equivocado
Con un lapiz sin punta y desgastada libreta, escribi entusiasmao’, para mostrarles mi planeta.
Tengo un lenguaje cual dirian que entre dientes es masticao’
Que hace reir a mis latinas y me tiene enamorao’
Del orgullo ardiente en mis venas, de la lengua de mi tierra
De no conocer su inocencia, me desconoceria cada que soy por alguien llamao’.
Se rien y dicen que mi mente y boca, estan en una guerra
Sin embargo, me ha salvao’ con orgullo, de una destierra
Qué importa el cómo lo hable, si me entienden al comunicarme
Sera mi piel la honra de mi patria, pero mi hablar, la espina de mi bandera.
Se han acercado a mi visitantes, bien curiosos a preguntalme’
Por cual razón no arreglo mi vocablo, piden e’plicalme
Y sin miedo a malentendidos, les doy mi mejor sonrisa de enamoradizo
Y digo ‘soy por que han venido a visitar mi tierra. Que dicen? Solo mi’rame’.
Sea estilo libre o rimando, al igual que’l idioma, la poesía tiene un hechizo
Es que de cualquier forma te enamora, pueh’ porque no es fronterizo
Aunque sea yo campestre, mis sentimientos son de bardo
No rencoro, pueh’ aunque lo nieguen, agradecen que mi jocoso hablar, en mis versos a todos les protagonizo.
Y se lo’ mostré, este humilde “ignorante”, tiene alma y mano’ de gallardo
Y ni una ojeada si mi nombre es Ricardo, Eduardo u Leonardo
La modestia eh’ lo más bello, plasmado en un escrito
Porque cae de tus labios, desde el momento de tu parto.
Decía mi gente, ‘jamás serás poeta, tu vocablo es inaudito
‘Que se podía esperar, de un jibaro y su pueblito’
Hoy hago honra a mi tierra natal y al turismo de su jibari’mo
Quien diría que un malentendido jibaro fuera poeta, y te robara el corazoncito.