bonifacio

Saudade II

Saudade
ya no tenía hambre
su cuerpo era un enjambre
de abejas sin cesar
ya se encontraba próximo
al fín de estar despierto
su alma era un desierto
de cuerpo al expirar.

Saudade
con un dolor exhausto
volvió mirar el vasto
cielo angelical
y allí
comprendió que la aurora
igual que su última hora
lo mismo que el final
traía
una buena noticia
despues que sus cenizas
volviesen de morir....

para luego deslumbrar.