Adentro
¡Adentro, sí, adentro!,
es la cosa más ambigua,
cuando me quema tu lengua,
y sabes que la luz de luna amengua,
cuando yo te encuentro,
¡cerca de mí, sí, cerca de mí!,
es la salud que brinda,
entre tu boca y la mía,
cuando me ofreces y brinca,
el corazón en un salto,
como un ángel o como un demonio,
acechas muy dentro de mi alma,
la razón y con todo el corazón,
cuando me abres la pasión,
en tus brazos y en tus manos,
como un total silencio,
en demostrar lo que por callar,
haces muy dentro,
¡adentro, sí, adentro!,
como es lo imposible,
de un todo cuando se aferra,
lo indeleble de tus besos,
los que en eternos ocasos,
se sienten como la brisa del mar,
o como el juego de un juguete,
en que se pierde la cordura,
y nos llega la locura…