Muchos tratamos mejorar por fuera,
y descuidamos mejorar por dentro,
como si ser mejor por fuera fuera el centro,
de una brillante y majestuosa esfera.
¡Ah, si dirijiéramos la vista hacia nosotros,
oh, Si apreciáramos más a las estrellas,
criticaríamos más a nuestras huellas,
que las huellas que nos van dejando otros!.
Amarse uno mismo es el segundo mandamiento,
y eso, al parecer, tiene sentido...
pues, ¿Qué caso tiene mucho haber tenido,
si por no gastar se vivió hambriento?.
La riqueza externa e interna,
normalmente no son llevaderas.
La riqueza interior es la linterna
que nos ayuda a cruzar \"negras praderas\".
La riqueza exterior: Plata y oro,
el obtenerlos, ¡Cuánto cuesta!.
No es de estrañar que traiga lloro,
y una bolsa de estrés, como respuesta.
La riqueza interior, da paz, consuelo...
y también arrulla a la conciencia;
La riqueza interior nos da paciencia,
la paciencia que une tierra y cielo.
Autor:Bernardo Arzate Benítez