Hay nuevos libertadores
con sus caras de borricos
hablando mal de los ricos
y les encanta el dinero.
Ser idealista no es
abrazar el comunismo
y decir que imperialismo
es del mundo carcelero.
Se creen ser pensadores
con discursos ya cansinos,
son del trabajo asesinos
y serviles de primera.
Lo mismo que Carlos Marx
en su vida han trabajado
porque se han aprovechado
de la corrupción rastrera.
Ser soñador es buscar
como encontrar la salida
a la ambición desmedida
que medra en cualquier poder.
Exaltar el socialismo
como sistema grandioso
es un error asqueroso
que se debe suspender.
Tenemos ejemplos vivos
de tiranos socialistas
actuando como esclavistas
contra un pueblo traicionado.
Mientras el pobre hace cola
para buscar alimentos
ellos pasan recontentos
con su estómago saciado.
Llevan vida de sultán
con mansiones y con yates
pues se volvieron magnates
mientras otros mueren de hambre.
Se robaron capitales
que otros hombres levantaron
y a su pueblo le dejaron
de miserias un enjambre.
Y como digo al principio
ser rico no es un pecado
si el dinero acumulado
fue dignamente obtenido.
Aquellos tontos que gritan:
¡Que muera el capitalismo!
Mejor griten: ¡Comunismo
muchos pueblos has jodido.
Por eso el que quiera ser
de justicia el gran profeta
le aconsejo no se meta
con político podrido.
Sea derecha o de izquierda
un ladrón siempre será
y a su pueblo dejará
en miseria consumido.
Recuerden los visionarios
Ortega, Chavez y Lula
que los dominó la gula
y perdieron la conciencia.
O piensen en los cubanos
que viven en amargura
con la mas cruel dictadura
que se tenga referencia.
No procedan cual borregos
culpando al capitalismo
si también el comunismo
ha sido del mundo azote.
Las ideas que pregonan
sobre cielos socialistas
son ideas egoístas
por querer ser Don Quijote.
El mundo no necesita
de fanáticos profetas
que son simples marionetas
de sistemas opresores.
Nuestros pueblos lo que anhelan
son hombres con ideales
transparentes y cabales
y de justicia gestores.
Autor: Aníbal Rodríguez.