Tenía presbicia, fijo,
aguda vista de lejos,
-veía sin catalejos-
pero de cerca, ni pijo.
Aunque es un poco canijo,
veía Aznar, si se alzaba,
las armas que Irak guardaba
en un remoto escondrijo.
Pero, la vista se cansa
de viejo y, de cerca, Aznar
nunca acertó a ver pasar
los sobres con pasta gansa,
que, si Bárcenas no miente,
afirma haber repartido
entre cargos deI partido,
de una Caja B existente.
Opinaba el sursumcorda
que ver, veía perfecto,
que lo suyo era un defecto
que hacía la vista gorda.
Algún defecto ocular
tiene también la justicia
que no ve ninguna picia
del Partido Popular.
© Xabier Abando, 31/03/2021