...La paz que sacrificamos al no decidir vivir entre el concreto
La misma que se desvanece al querer distraer nuestra hambre
Son las monedas en nuestros bolsillos una seguridad
Tan frágil como una burbuja
Y tan necesaria como un pan en la mesa
Hasta cuándo imitaremos la seducción de la serpiente
Hasta cuándo la melancolía del elefante
Mientras las conquistas de los nombres
Adoptan un color en nuestra mente
Que las ubica superiores dependiendo del prejuicio
Tantas condenas con las miradas
Sobre nuestra misma especie
Una guerra que acabará con o sin alienación
Porque desde que empezamos a desear
Una imagen imposible
Aceptamos que no podremos acceder a un mundo
Corrompido irremediablemente por dentro...