No intentes entender a una mujer, quizás no lo lograras,
Solo quiérela, quiérela mucho, y ella te amara.
No des lugar en tu corazón a los malditos celos,
Solo confía en ella para que no lamentes tu despecho.
No la desprecies para que no sufra, ni la iguales a nadie;
Recuerda que entre si, cada mujer es única, aun tu propia Madre.
No lidies con sus defectos, solo soportala;
ten en cuenta que en la vida, nadie es perfecto;
solo amala y valorala por sobre todas las cosas;
¿y como la valoras?, resaltando sus virtudes,
Considerando sus aciertos, e ignorando sus defectos;
Haciéndola sentir como la mas delicada flor de tu huerto.
Y mas que con palabras, halagalas con hechos
¿o no que los hechos dicen mas que mil palabras?
No dejes que tu carácter te haga un ogro ante ella,
Ni permitas que por tu culpa florezca en su corazón la tristeza.
Solo quiérela mucho, amala como a ti mismo;
Hasla sentir en tu vida, como la mas dulce bendición.
Recuerda que ella es tu ayuda idónea, vaso frágil para ti, para que la ames,
La mimes, la protejas, y le des lo mejor de ti. ¿y como le daas lo mejor de ti?
Siendo ayuda mutua, amigo fiel, dulce y en todo ternura; pero nunca ruin;
Pero lo mas importante: no la veas cmo a un objeto
Para saciar cierto deseo, lo cual es degradante y muy feo ni la hagas sentir como utilizada.
Entregate a ella como ella a ti, y aun en las nupcias te hara feliz, muy feliz.