Las musas languidecen en la sombra,
se pudren en los antros del encierro,
necesitan la luz de la sonrisa,
el mar, el sol, el halo de los besos.
Las musas son aves trashumantes
Y emigran a buscar nuevos parajes
donde el calor del amor les de la vida
donde el miedo no ensucie su plumaje
Nos dejan el abrigo de sus nidos
el eco de sus cantos en la tarde
las plumas que perdieron en su huida
el árbol de la vida sin ramaje.
Nos dejan las páginas vacías,
la pluma sin saber donde inspirarse,
los recuerdos perdidos en la noche,
la esperanza reptando por las calles,
el deseo pudréndose en las ramas,
la música pañiendo en las mazmorras,
los teatros llorando sus tragedias,
sus dramas, sus miserias y zozobras.
“Volverán las oscuras golondrinas
de tu balcón los nidos a colgar”
Pero las musas que que huyeron del infierno
Esas... no volverán.