Alas blandas de mariposa
libélulas en su secuestro asesinadas
espantos de espada o espadachines
indolentes y aterciopelados como
inútil biografía o nata. Naftalina
de los verbos errados, de los conversadores
que acrecientan sus equilibrios
bajo la herradura misteriosa de los párpados.
Sube, asciende, cruje, mis labios impertérritos:
asume tu inutilidad en los besos de la gracia.
La plata sabe a pocilga, a lluvia estancada,
a necedad de labios que oprimen un dedo
con sus tenazas de morfina.
Oh versos delicados que clamáis
venganza desatinos o amores incorruptos
como cuerpos extensos en bahías innecesarias,
prescindid de los labios, las figuras más intensas,
las acacias menos insurgentes, flor silenciosa.
De los brazos sueltan chorros de amor impetuoso
mis lágrimas soñolientas de barro y vapor-.
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