Señor tú que conoces el grito de dolor
Tú que has abrazado al traidor
Y sufrido la injusta condena
De nosotros ten piedad.
Señor tú que con bondad infinita
Sanaste enfermos del cuerpo y el alma
Y no caíste en la tentación de la riqueza y el poder
Mira nuestros abrojos y ten piedad.
Tú que siendo Dios te humillaste
Lavando los pies de tus discípulos
Demostrando humildad y servicio
Perdona nuestra vanidad y ten piedad
Hay muchos que no te conocen
Al igual que los viajeros de Emaús
Muchos que no creen
De los autosuficientes, ten piedad
Tú que a pesar del dolor y la tortura
De las burlas y el escarnio
De las espinas y las heridas, dijiste
Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.
Te imploramos, ten piedad de nosotros
Lima, 1 de abril del 2021