Sobre la hierba,
con un beso
de sabor tan fresco
a punto de estallarnos
en los labios,
caminaremos
dando un paseo largo
hacia donde nos lleve el encuentro...
Que ese viento en secreto
no nos oiga
o sería perderlo
tal vez para siempre
como un pero entre versos
que no se dan definido en corriente
de eterno vaivén.
Deseables las lágrimas
ya tanto se hicieron
que se abren de nuevo heridas
que creímos cerradas ya bien;
bastantes caminos que quedaran atrás
ahora vuelven
ofreciendo el suplicio
de recorrerlos
sin ver lo que espera debajo
de cada paso hacia ellos.
Tormentosa fuente
de miseria en miseria
es mi tierra siempre
que no me siento yo en ella;
los rencores crecen
hacia quien no se quiere
ya ni ver delante
ante el peligro de posible pelea,
y no hablo yo de hermanos
sino de dos continentes guerreros.