Matias 01

Sufrimiento

Te veía sufrir en una bruma oscura,

con un dolor centellante,

soplando espinas, con huracanes de fiebre,

como bestias,

recorriendo tus venas, arterias y huesos;

 

Veía en tus ojos al brillo: ¡Desangrarse!

Veía a toda una comarca de sombras

alrededor de tus ojos, como lobos del infierno.

Sentía a la noche con sus colmillos

de hielo mordiéndote la vida.

 

Y le pedí a Dios, me diera tu dolor

y toda esa cánula de sufrimiento

por el cual gota a gota te arrancaban la vida.

¿Dios, estas allí? –preguntaba insistente-

¿Dios, existes?

Y solo respondía el silencio.

¡Bien que oía…!

¡Bien que preparaba su respuesta…!

¡Mientras tanto graznaba algún pájaro

de mal agüero!

 

Todo eso y más he recibido con tu ausencia:

Dolor perpetuo, soledad hiriente,

y fosa profunda entre nuestras almas,

donde ahora caen las horas que no terminan;

 

¡No habrían tantas sombras en la noche

si tus ojos alumbraran!

¡No habría tanta lluvia esta noche

si mis ojos te miraran!

No he vuelto a preguntar, desde entonces.

¡Y no hay nadie a quien reclamar este dolor!