La vida se resigna a una guerra mundial
Los mandatos unidos aún no paran de conquistar.
Un pueblo todo en ruinas son los más afectados acá
Son los reyes Unidos, violan matan y hacen sangrar.
Se que cargo la sal, de los viejos penares,
por temidos senderos de difícil salida,
con mis lágrimas negras en la noche perdida,
que iluminan en sueños a los tristes hogares.
Se suicida mi vida por metálico precio,
e intentando amarrarme con sus manos malvadas,
han salado mi herida con palabras turbadas,
que sin vida se llevan a mi enfermo desprecio.
Alabando a los dioses que ya le huyen a aquellos,
recogiendo del fruto la amargura que siento,
mas de nada les sirve ya sus vidas a aquellos.
Los corderos que han muerto, que se han muerto en desiertos,
ya se van sin un rumbo por que nunca entendieron,
que el dolor los carcome, pues ya no son libertos.
Soneto alejandrino
ritmo
3, 6, 10, 13
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