Hoy me reencuentro con mi célula de origen
el amor me rebosa y el perdón fluye
desde mi pensamiento hasta los actos,
bulle en mi corazón la fe y esperanza
en mi creador y en el trayecto del ser.
Mi boca, desnuda de mentiras
hace promesa de saborear doquier felicidad
Él ha dejado como huella su dulce llama.
Jubilosa me escudo en su amor,
Él me viste y se derrama en mis manos
Las inactivas manos que ofrecen y trabajan
Incansables por mitigar el dolor
hoy amo a mis hermanos, me siento libre,
y como nunca felizmente acompañada
de un puro y eterno amor
y como Él me entrego en cruz…