Vuelve la noche
vestida con la bruma
y oscuridad.
En sus cabellos
refulgen las estrellas
como suspiros.
Duerme en sus brazos
los hombres y los niños
con su inocencia.
Yo te contemplo,
escucho tus latidos
y tus susurros.
En esa brisa
que mandas, sin palabras,
vienen caricias.
Llega ternura
con rosas celestiales
y algún cometa.
Cestas de sueños,
montones de utopías,
¡todo en la noche!
Así se calman
los miedos y las dudas
de las conciencias.
Porque la noche
contiene poesía
para las almas.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/11/20
La noche siempre ha tenido algo de misterio y también mucha magia en su contenido. Misterio que se escondía tras la oscuridad y la bruma, con esa niebla tremenda que parecía que nos cubría y tapaba y que también servía para meternos entre ella, cuando la vida parecía que nos asfixiaba. Pero en la noche encontrábamos ese mundo de magia que buscábamos, a través de las historias de los mayores, de los relatos y los cuentos, de las conversaciones veladas entre los amigos... ¡La noche...! ¡Cuántas noches hermosas recuerdo ahora...!