De tanto amarla en sigilo
muda se quedó mi lira
y la pena que transpira
en soledad la destilo.
Con gotas de amargo tilo
mi corazón no respira,
de tanto amarla en sigilo
muda se quedó mi lira.
De la rosa su pistilo
también de tristeza expira,
y cual bardo que delira
mis pesares los compilo
de tanto amarla en sigilo
Autor: Aníbal Rodríguez.