Una vez estuve vendiendo
y me quedé pensando en un poema
que nunca llegué a escribir.
Y así fuiste tú;
un verso inconcluso en mi vida
que nunca vio final.
No tuvo horizonte ni llegada,
solo apareció y se marchó
como el sol al fenecer la tarde.
Y yo me pregunto si fue lo mejor.
he vivido acabares tormentosos,
conclusiones desafiantes.
He llorado a corta venas infortunios,
pero sigues siendo tú, ese vació dulce
en mi vida que no quiero olvidar.
Y cuando veas un poema melancólico
que hable del amor y la ternura,
sabrás que me acorde de ti.
En el rincón de mi vida austera
eres la luz más bella
que asemeja mi esperanza.