La música es el canto de los dioses,
el gemir y el reír del universo,
el llanto de la vida y de la muerte
el rugido del ciclo de los tiempos.
La música es plegaria sin palabras,
oración, aquelarre, sortilegio,
Sacudida en el pecho que se inflama
abrazo cuando todo se ha deshecho,
es el aullido del tiempo y del espacio,
el clamor de los ángeles sin cielo,
el tañido del miedo al infinito,
el plañir de las almas del infierno.
Sin música la vida es un absurdo,
un desierto sin fin, un vino amargo,
una huella perdida en los pantanos,
un murmullo de ratas al acecho,
un alud de vampiros sanguinarios
un retablo de gárgolas macabras
un huracán de nadas tenebrosas
un cementerio de tumbas profanadas
la música es la voz del paraíso
el latido del cosmos palpitante
el sol que nos da vida cada día,
el amor que espumea en nuestra sangre,
sin música el péndulo se atora
y el alma se cuartea y se deshace.