Plantas de la primavera
que el sol calienta sin fin,
los racimos de frambuesas,
las lilas color carmín
y enredaderas de Lourdes
trepándose por las rejas
llegándose hasta la gruta
donde alguna vez recé
a los santos de mi abuela
y de mi abuelo también.
Plantas de colores finos
de amarillos relucientes
de rosas junto con vino,
de dalias y de alelí
que casi ya ni adivino
al pie de alguna pared.
Plantas que enfrían mi cara
y me producen placer
tomando el té en la mañana
cuando le agrego la miel.