belen lopez sanchez

Anochecer

¡Ay, amor!

¡Se escapa el alba de tus manos!

En blancas sábanas,

cristales fríos

dejan pedazos de gotas sordas.

Un libro de piel trenzada

se cae del estante a un universo revuelto

con mariposas de luz encadenadas.

¡Ay, amor!

¡Se viene la noche a tus entrañas!

Las sendas negras se mecen en 

un calvario sin descanso,

ya las gardenias no flotan por el río

y el arco de huesos

dispara flechas de cupido

a la luna que camina,

por el agua silenciosa, recordando.