Fernando Espantoso

Caminando

He tomado como lugar de desarrollo de mis cuentos aquel laguito formado por una clara cañadita que corre entre campos de marcela y menta, el mismo que tiene un ceibo que al florecer llena el agua de hermosos reflejos y dónde los camalotes lo tientan a uno con sus flores.
Ese lugar, cuando lo recuerdo lo identifico con la paz, la humildad y el amor. A él se llega por caminos de tierras bordeadas de carqueja y eucaliptus, por estos caminos uno se va encontrando a sí mismo, sacudiéndose el barniz de la ciudad y volviendo a ser sólo uno!, que nunca desaparezcan estos refugios del alma, dónde lo agreste y lo humilde reinan para curar las heridas que por invisibles no dejan de doler y devolvernos a nuestro equilibrio interior.


Mientras camino pienso que poetas no son sólo los que escriben versos y ni siquiera los que escriben; sino aquéllos que sienten, piensan y viven intensamente lo bueno y lo malo de la vida. A través de los sentimientos destilamos lo mejor de nosotros, eso es el amor!


La poesía es la miel del alma!