Nicolás FUENTE MONTANÉ

¡¡HOLA SEÑOR!!

Cristalina reverbera 

con el placer de un verbo.

Nada más profundo señor

que en el agua de un pozo

donde resuena mi voz

desde el eco en te llamo

a saciar mi cuerpo,

de la sed en la que vivo.

Fresca y pura la percibo

cuando a él me asomo

para contemplar ese vacío,

la  oscuridad que te alberga.

Aún así te intuyo

al lado mío, tan cerca,

que asumo tu presencia

en el fondo de este pozo.