Matices del árbol, a la luz de la tarde
Que confunden el sueño, con la felicidad que no se alcanza
Claras tonalidades de la flor antes de ser rosa
Y el hondo silencio del beso que te evoca
Continúo escapando del mundo, en tu mirada
Olvidando inconsciente la razón y la cordura
Como al tiempo que transcurre sin pronunciar tu nombre
O los años de soledades sin advertir tu risa
Estrellas olvidadas al nacer la mañana
Entre luces y brillos que brotan de tu boca
Cantando a los mares tonadas de gaviotas
Pintando la espuma ceñida a las olas
Noción de la figura empapada de intimidad
Y la muerte que se apresura con la impresión de soledad
Gime el capullo al parir la mariposa
Musita de amor el pétalo al sentir la piel que lo roza
Abro mis crédulas alas para alcanzar los labios
Deteniendo el latido en el pecho que me abraza
Párpados dormidos esperando el mañana
De tu cantar en mi almohada en plenitud de la dicha
Matices del árbol, a la luz de la tarde
Sobre tu nombre y el mío asistiendo a la entrega
De tu matriz y mi hombría en plenitud y existencia
De tu ingenuidad y mi locura, entre la pasión y tu ausencia