Ben-.

Alas batidoras-.

Al principio fue el cariño.

Margen sin sutileza, carne

de presidio, fuerza oculta

en los juncales de la desesperanza.

Mas entre esos rotos, despavoridos,

aldabonazos de sangre, daban

tus alas, batidoras de arcilla y de cobre.

Semillas vaciaban sobre tu cuerpo

harina de los humildes, centeno del pobre.

En el principio, fue el cariño.

Tras ello, llegó la palabra, posterior,

como todo lo que no importa

en exceso. Tu cuerpo, y una mirada,

y un parpadeo. De sol a sol, vestigios

de ti, albergan sandalias muertas.

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