El alma pura existe,
aunque pase frente a nosotros
sin algarabías,
como si no fuese importante
o como si lo que dijera no lo fuera
tampoco.
Vive en un mundo,
su mundo, feliz.
Sin dar la importancia
que nosotros le damos
a las cosas,
en nuestro mundo de lógica
, de prisas y de razones.
Y mira a su entorno con un amor,
una paz y una verdad,
que nosotros no entendemos,
porque no alcanzamos a tocar sus fronteras.
El alma pura camina,
entretejiendo sus días de ilusiones
que ya abandonamos hace tiempo,
porque no quisimos saber de su importancia ,
creyendo que el orden natural de las cosas
sería lo que nos brindaría el éxito en la vida,
Y nos perdimos para siempre
el bonito sentir que camina con alas.