Cuando los pensamientos se derriten
y todo se vuelve confuso y desordenado,
sofocándote en lo profundo de tu mente
haces uso de tu falsa resiliencia
te disocias del dolor que no soportas
de esa verdad que siempre llevas a cuestas.
Te permites perderte en las tinieblas
donde el tiempo pasa rápido o muy lento
observando a las palmeras convertirse
en animales que se mueven con el viento.
Las manchas de las baldosas, antes inanimadas,
se vuelven ojos y bocas gritando en agonía
De quién o qué te agarras para no perderte
quién o qué sostiene tu mano
cómo sabes cuando haz vuelto de tu encierro
¿cómo sabes que ya te han liberado?