José Luis Barrientos León

En esta travesía de Sol y Luna

 

 

En esta travesía de Sol y Luna, sobre cordilleras y volcanes

Habitadas por el canto del viento y las aves

Extiendo mi figura como alas al cielo

Para saberme lluvia y conocerme errante,

Libre en la majestuosidad del firmamento

Emancipado de dogmas y preceptos

Con mis párpados abiertos, evitando el sombrío augurio del camino

De semblantes abrumados o máscaras estériles.

 

Libre soy, como tempestades que desafían marejadas

Libre para reposar entre peñones, como antes en tu pecho

Desafiando oscuridades con la delicada luz de los recuerdos

Tantas veces conquistado, tantas veces dominado

Inmóvil, estremecido por soledades y melancolías

Abrí la caja que liberó los sueños, para volar soberano

Sobre el mar azul, cual albatros liberado

 

Libre de túnicas sacrosantas, reposo en la voluntad de mis versos

Recogiendo trigos, desatando vientos,

Reviviendo besos, acariciando pechos

Desciendo a la raíz inmaculada de la mujer por siempre amada

Para dejar la simiente, cual madera germinada

Entre los follajes y nidos que procrean caricias desatadas

 

En la libertad del camino, clavo estacas de dulzuras consumadas

Para revivir los latidos de viejos corazones abatidos

Impregnando de suaves aromas el manantial y la pradera

Liberando las auroras entre flores albas y blancas azucenas

En esta travesía de Sol y Luna, agito las manecillas del tiempo

Revoloteo como frágil mariposa, provocando el susurro

De la brisa fresca que inflama los afectos

Y humedece los rostros con el recuerdo angelical

Del niño jugando con el viento