I
Me deslío.
Me escabullo fuera
de este lugar sin tregua.
Dejo esta realidad
que no es otra cosa,
sino negación de lo posible.
Abandono lentamente
esta maldita consciencia
con su velo de engaño.
Y sueño.
II
Sentados a la orilla,
fieles a la metáfora.
Tan al borde...
como las palabras
en tu boca.
Tan al borde...
como el fino beso
de esos labios corazón,
que acostumbran a leer
esta poesía del intersticio.
Sentados a la orilla,
testigos del remanso
bajo el albor
de este cielo onírico.
Se yergue el monumento,
el memorial de lo posible.