Añoramos buscar aquel camino
que nos conduzca siempre hacia el umbral,
convertido en la fuente espiritual
que con su luz oriente nuestro sino.
Difícil el actuar del peregrino
que se aleja del mundo material,
hurgando en el valor de lo esencial
aunque sienta la garra del mezquino.
La senda está colmada de tropiezos
se debe tener fuerza y voluntad,
para que luzcan flores los cerezos.
Con valor sortear la tempestad,
buscando los mejores aderezos,
que permitan lograr felicidad.