Amanece una garza en la repisa de un ventanal
extrañada mira y se observa en el mudo cristal
blanco y oscuro, un plumaje, la revela mortal
en su reflejo se teje un misterioso amor no carnal
Si el pico golpea la luna pidiéndose entrar
ella cierra los ojos jugando a soñar
suéñese adentro mirando al eterno solar
cada rayo anidado en su pecho
el más puro manjar
Su mirada es un centro que amores emana
oye de fondo a los cuervos llamándola hermana
cuan poco hace falta en saber encontrar
siempre de espaldas… la libertad es virar
De nuevo sus ojos piden abrirse
sin llanto obedece y despide
¡el mundo la clama! la invita, le exige
y entre los dulces y lo amargo
camina con luces el eterno letargo
¡cuántos despidos se habrán de vivir
para abrir los ojos ardiendo de Ti!
¡Qué alegría amanecer con este reclamo!
eclipsados los cuervos
mirando a su amo