No me importaría quedar destruida, si usted me permite entrar en su mundo y mostrarme cada detalle.
Como un espejismo, que después se va.
Para mí no importa nada, más que acompañarlo en las noches oscuras y frías.
¿Y sabe por qué?
Porque las mías también lo son. Son solitarias. Son de silencio. Son de soledad. En donde nadie más entra. En donde sólo estoy yo. Y ahora usted está invitado a pasar.
Sí. Venga para acá! Recuestese a mi lado. Quiero que me diga qué hizo durante el día. Yo quiero saber qué comió. A donde fue ... De qué color hoy se vistió.
Y yo también le diré.