Si tu alma fuera un águila
volando junto a ti estaría,
en cóndor me convertiría
y en el vuelo te atraparía.
La montaña del Ávila
a recorrer te llevaría.
En las llanura y valles;
desde allí, tu poderío verías
y desde los picos la lejanía.
Te haría un trono en el cielo,
cerca del fin del mundo,
para que así dominaras
todo lo que está a tu vera.
Mi vida daría por cuidarte,
consagraría mi poderío
en mimarte y adorarte;
como tú lo merecieras.
Y todo para poder amarte
sin que nadie allí estuviera..
Y si alguien pretendiera
en osadía, a ti dañarte,
ya en Cóndor convertida
y en tu palacio vestida,
traería para ti los guardianes
más valientes que existieran.
Te llenaría de regalos
que en la niñez anhelaste.
Y los más bellos presentes
que en la vida tu deseaste.
Y ya pasados los años
nadie podrá hacerte daño.
Allí te estaré cuidando
y te seguiría mimando,
más allá, de tus quimeras.
En ese trono de rocas,
con estrellas en el cielo,
todos reverenciarían
tus pisadas y tu estela.
Y hasta yo misma, caería:
¡Mi amor! Rendida ante
tus imborrables huellas,
como una humilde doncella.
¡Si tu amor está en peligro,
rescátalo del vil abismo!