Esta noche dormiste
de mano del insomnio
gracias a las canciones
que el viento de septiembre
llevó a tu oído.
Dejaste la ventana abierta
y yo sin prisa
aprovechando tu descuido
me deshice en palabras
trasparentes y enamoradas.
Esta noche dormiste
de mano del insomnio
gracias a las canciones
llenas palabras
trasparentes y enamoradas.
Dejaste la ventana abierta
y mis pies silenciosos, etéreos
recorrieron uno a uno
los pasos que dejaste
en casa
durante el día.
Esta noche dormiste
de mano de mi propio
insomnio
mientras yo tejía tus sueños
con los hilos de los días
por venir,
días en tu ausencia,
días llenos de deseos fulminantes,
constantes, delirantes.
Dejaste la ventana abierta
y yo sin temor a tus miedos
he dejado enredados
entre tus cortinas
aquellos hilos violentos
que soportan
mis deseos por devorarte
y poseerte,
deshacerme
y rehacerme,
terminar
y comenzar
en ti.
Esta noche dormiste
abrazado a mi alma
la he dejado allí
gracias a tu insomnio
que dejó
la ventana abierta.