En el horizonte de la hermosa lejanía,
se dibujan nubarrones con oscuras intenciones,
mi alma procura mantenerse firme,
aunque los vientos a flaquear la obliguen,
será el destino, será la suerte,
o la desventura en el sendero escogido.
Ya no puedo más mi corazón expresa,
como adolorido, como cansado del tiempo,
o de lo tanto que ha sufrido.
Las preocupaciones y emociones me han abatido,
mis vestidos he gastado,
es mi culpa ya lo sé,
por dar rienda suelta a los sentidos.
Mis demonios culpables también son de mi ventura,
cuan crueles enemigos una trampa me han fraguado,
fracasar mi alma quieren,
verla hundirse en el mar de fuego,
como siempre ha sido,
como inevitablemente siempre será.
Como evitare mi cruel destino,
como robare de nuevo el fuego,
como evadir lo inevitable,
es difícil débil mortal no se ha podido,
es imposible ya lo sé, intentarlo habría.