Esa flor que una tarde vi
En el jardín de la soledad
Mi triste vida cambió
En dulce sueño la convirtió
Era tarde ante el desolado mar
Los albatros volaban tristes
Y las olas parecían llorar
Quizás sabían que ella iba a partir.
Entre las oquedades del tiempo
Azuzada por el llanto
Del jardín de su amor
Una pequeña flor me entregó.
El tiempo alocado trotó
Queriendo enterrarla en el olvido
Pero esa flor en mi alma se quedó
En silencio su aroma me habla.
Esa flor, pequeña flor
Rompió mi soledad, la llenó de candor
Lo colmó de ternura y calor
Y escondida me llena de amor.
Esa flor, pequeña flor
En mi corazón la cultivé
En mi alma se fundió
Y jamás marchitó
Esa flor, dulce y pequeña flor
En los pliegues del tiempo se quedó
Con agua de mis ojos la regué
Con llantos del cielo, y jamás marchitó.
Lima, abríl 7 del 2021
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