Vi a ese mirlo corredor
que en mi camino atravesó
con su negro plumaje, observador,
su anaranjado pico provocador.
Mis pensamientos iban desposeídos
hasta que el mirlo, me observó,
y yo quise preguntarle, provocador,
que decir me tienes, y miras en derredor.
Pues su respuesta fue el correr
descansando sobre mí proceder,
más como yo le seguía, mas corría,
y menos le seguía yo
De un salto y medio vuelo, se posó,
sobre el álamo en resplandor,
desde su rama me persuadió
que mis desvelos eran un error.
No entendí lo que me dirigió
su presencia de tótem me transmitió
que algo raro en mí observó
mas mi atención despertó.
Raudo entré en reflexión,
a ver cuál era mi posesión,
mensaje que el mirlo me transmitió:
¡vive la vida, con ilusión!