En mis muñecas no hay heridas, en mis mejillas no ruedan lágrimas, mi corazón corre a mil por hora como de costumbre. Lo que no está bien es mi alma, esa tiene heridas por doquier, conteniendo mis sentimientos que desean salir a flote.
Las mariposas de mi estómago están furiosas, las llamas de mi espíritu son más potentes, el deseo de besarte y tocar tu piel me enloquece cada día más.
Detenemos el tiempo cuando cruzamos nuestras miradas, siento que puedo volar y tocar el cielo con los dedos de mis manos, puedo sentir las nubes haciéndome cosquillas en los pies; lo irónico aquí es, que solo yo me siento así. Al parecer el destino me juega una broma sucia, lanzando a un solo jugador a la cancha, esta agotando mi energía poco a poco, para que al final; y esto lo sé con certeza; no suceda nada entre tu y yo.