Duele saberte perdido en penumbras
luego de verte con cuerpo fornido
fuerte y luchando en un mundo jodido
porque tu luz poco a poco la adumbras.
Duele pensarte ya muerto en herrumbras
parco y tan triste tirado al olvido
solo en la lúgubre noche y vencido
lejos de ser porque ya no deslumbras.
¿Quién te mató la esperanza y los sueños
cuando bregabas por duros caminos
dando vigor a valores supinos,
los que empuñaste con tantos empeños
para donar tus loables ensueños?
¡Mal te pagaron colmillos caninos!